Apuntalar techos

Uno de los primeros trabajos a realizar es asegurar la estructura de la casa en sus puntos más débiles. Los puntales son dos tubos de metal encajados uno dentro del otro. Son regulables para que se ajusten perfectamente desde la base a la zona a sostener. 

El sistema del puntal no es muy complicado de manejar, lo que sí debes tener en cuenta es que el peso de la viga no debe recaer sobre un sólo punto. Es buena idea repartir el peso sobre varios puntales utilizando tablones de madera, situados de forma transversal a las vigas, en las zonas de contacto de los puntales con el suelo y con las vigas. El punto donde situar los puntales depende de dónde esté la rotura de la viga: en el centro, en los laterales... Para reforzar una viga en mal estado, se puede colocar un tablón grueso a lo largo de ella, sujeto por dos puntales en sus extremos, ajustándolos con firmeza del suelo al tablón del techo. Pero ojo, no lo hagáis con demasiada fuerza porque podéis quebrar el suelo del piso de arriba. 

Para apuntalar techos necesitamos previamente realizar un pequeño diágnostico del estado del techo que nos preocupa. Si las vigas y las bovedillas (piezas cerámicas que suelen conformar el entrevigado) están a la vista es más fácil, si no podemos visualizarlas directamente tendremos que realizar alguna cata en el caso de que tengamos falso techo de escayola. Debemos determinar dónde se encuentra la zona debilitadad de la viga o de entrevigado para acometer el apuntalamiento. Muchas veces a simple vista vemos la zona dañada porque se aprecia una grieta, o una deformación del techo. En otros casos los problemas estructurales no son visibles.

  • En el caso de que se trate de vigas de madera debemos determinar bien de forma visual, bien con ayuda de un puzón metálico si la sección original de la viga se encuentra reducida en algún punto y esto está disminuyendo su resistencia original. Puede ser debido a humedad, presencia de termitas, carcoma, o a varias causas a la vez.
  • En el caso de vigas metálicas podemos encontrarnos con una corrosión que esté debilitando la resistencia también.
  • Y en el caso de vigas de hormigón se puede dar el caso de corrosión de la armadura metálica interior o de rotura de la misma en zonas puntuales.
  • Una vez que tenemos claro qué zona del techo necesita ser apuntalada, procedemos.
  • En el caso de que se trate de apuntalar los extremos de una o varias vigas vecinas se recomienda proceder de la misma manera apuntalando al menos dos o tres con la ayuda de un listón de madera suficientemente rígido y resistente que no se deforme al aplicarle los puntales. Lo ideal si tenemos suficientes es disponer de un puntal por cada cabeza de viga dañada y aplicarlo justo debajo con el listón de por medio. 
  • Si el daño se localiza en la zona central de la viga se recomienda colocar el listón a los largo de toda la longitud de la viga o en dos terceras partes y apuntalar con al menos dos puntales. 
  • Si se trata de una zona puntual en un entrevigado se puede realizar un apuntalado mediante un panel de madera que recoja la zona afectada.
  • En todos los casos los puntales deben estar apoyados en su extremo inferior en un listón de madera reflejo del colocado superiormente para distribuir el esfuerzo y no sobrecargar una zona puntual del suelo. Se recomienda igualmente en el caso de que sea posible, distribuir los puntales y los listones inferiores de manera que permitan la habitabilidad del espacio a reforzar.

En algunas zonas, siempre con la supervisión de una persona entendida, es recomendable tirar una parte de techo o suelo antes que intentar arreglarlo, siguiendo el principio de que es mejor tirar algo a que se te caiga, como suele ocurrir con un falso techo en mal estado.