Desahucios y desalojos
Un desalojo es el momento en que se expulsa a alguien del lugar en donde estaba alojado. Un desahucio es igualmente cuando se echa al inquilino u ocupante de la vivienda.
El desahucio puede ser de tipo administrativo, cuando la propiedad okupada es de una administración y ésta inicia unos trámites para recuperarla; o de tipo civil, cuando el juzgado quita la posesión de la vivienda a quien la okupa y se la entrega al propietario, en este caso se conoce con el nombre de lanzamiento.
El desalojo puede darse ilegalmente o mediante una orden de expulsión firmada por un juez y dirigida a lxs ocupantes. Lo más común es que cualquier desalojo se comunique previamente, tanto a lxs ocupantes entregándoles una notificación en mano o dejándola en la puerta, como avisando a lxs abogados personadxs en la causa (cuando se ha identificado a alguien y se le ha citado como imputadx). Aún así, se dan casos en los que esto no ocurre, si bien son excepcionales.
Orden de desahucio o de desalojo
Lo más habitual es que un proceso legal contra la okupación finalice con una orden judicial de desahucio o de desalojo.
- En la vía civil es común que se reciba la notificación en la misma kasa, en principio con una fecha fija y cerrada de desahucio, en donde deben quedar marcados el día y hora concretos (art. 440.5 LEC).
La Ley 12/2023 por el derecho a la vivienda, modifica varios artículos de la LEC, entre ellos el art. 440.5 por el que elimina por ley la fecha abierta, y los juzgados deberán notificar siempre el día y hora exacta del desahucio. - En el proceso penal la sentencia condenatoria establece un periodo voluntario para marcharse de la kasa, pasado ese tiempo el juez señalará una fecha de desalojo, normalmente en ejecución de sentencia. En el caso de que haya alguna persona imputada en el proceso -a este punto condenada- puede conocerse la fecha de desalojo, pero si la denuncia ha ido dirigida contra los “ignorados ocupantes” y nadie forma parte del proceso, el desalojo puede darse sin aviso previo.
- En los casos administrativos también debería haber una orden judicial que decrete el desalojo, aunque en demasiadas ocasiones la administración propietaria firma el desahucio y lleva a cabo el desalojo sin tener en sus manos una orden de entrada firmada por un juez.
Un par de décadas atras las órdenes iban acompañadas de día y hora para su ejecución, por lo que la resistencia a los desalojos se preparaba para ese momento, produciéndose a menudo graves enfrentamientos con la policía. Sin embargo hace ya unos quince años, la fecha de la orden puede indicar el momento a partir del cual se puede proceder al desalojo, sin especificar el día. En los últimos tiempos asistimos a una guerra de desgaste en el caso de los centros sociales, en la que las fuerzas del orden ponen a prueba la capacidad de resistencia ante los desalojos, dilatando el tiempo entre la firma de la orden y su ejecución durante semanas, e incluso meses. Así puede ocurrir que tras un proceso legal y recibir una orden de desahucio o de desalojo, nadie, ni la comitiva judicial ni la policía, venga a desalojar en la fecha señalada. Algunos espacios okupados han durado meses tras la fecha legal, antes de ser definitivamente desalojados.
Recuerda que la okupación es posible en Barcelona porque detrás hay una historia de resistencia -física, política y legal- a los desalojos. Las luchas pasadas han abierto el camino para nuestras futuras acciones. Así que no salgas de la kasa dejándola abierta, porque estarás ayudando al estado y a los propietarios a llevar sus planes a cabo. Luchar contra un desalojo puede darte más motivación, a ti mismx, a otrxs okupas y al barrio.
Actuación policial
La orden justifica la utilización de la fuerza para hacer cumplir la decisión judicial, aunque con sus limitaciones legales y constitucionales. En caso contrario, las actuaciones de la policía son ilegales e ilegítimas y por tanto pueden denunciarse como delito. Podemos recurrir a plataformas de derechos que se encarguen de estos asuntos para hacer una denuncia más contundente.
En la vía administrativa la policía encargada de desalojar es la que depende directamente de la administración propietaria. En caso de ser la propiedad de un ayuntamiento, será la guardia urbana la encargada legalmente. En cualquier caso, la defensa del espacio okupado pasa por exigir siempre la orden judicial de entrada (art. 99 Ley 39/2015 y art. 59 Ley 33/2003). Es importante recordar que en la escala jerárquica legal las ordenanzas están por debajo de las leyes, conforme el principio de legalidad (arts. 9 y 103.1 CE). Se puede utilizar este argumento ante la policía municipal, no obstante esta policía se debe al ordenamiento municipal y tratará por todos los medios de llevar a cabo el desalojo.
Salvo en algún caso administrativo, el cuerpo de los mossos d'esquadra es la policía en Catalunya que lleva adelante los desalojos. Aparecen muy temprano, vienen con furgonetas, equipo de antidisturbios y herramientas para llevar a cabo el asalto, esto puede incluir escaleras, mazas, arietes, radial… Como cualquier policía es común que los mossos d'esquadra sean violentos y agresivos y actúen golpeando y empujando a la gente y saltándose las leyes. Debéis estar preparadxs para esa situación. Podéis intentar documentar cualquier tipo de abuso y debéis procurar que nadie quede solx ante la policía, es prioritario permanecer en el grupo de afinidad y mantener la calma durante el desalojo.
Hay que poner atención a los números de placa de la policía, si la llevan. Y si es posible, comunicar a la gente que está afuera lo que ocurre en el interior, así como colocarse en lugares visibles para tener contacto ocular. Es buena idea proponerle a alguien de confianza que grabe en video el desalojo como posible prueba para una posterior denuncia (arts. 169, 172-173 y 175 CP). Dependerá de las circunstancias, pero en principio si no se opone resistencia es poco probable que haya detenciones. Si hubiera acción directa y la policía recogiera daños, aprovechará para detener y reprimir. La policía además inventa agresiones y relatos falsos de lo sucedido, teniendo una presunción de veracidad que no tiene base procesal alguna, salvo para algunos procesos sancionadores administrativos. Tengamos en cuenta que si alguno de ellos resulta herido, la policía querrá que alguien pague por ello. Por otro lado, si en los disturbios todo el mundo ha podido escapar quizá no se haya conseguido parar el desalojo pero se habrá creado la sensación de controlar las calles.
Posibles escenarios
Como en todos los diferentes momentos que rodean a la okupación el desalojo también debe prepararse colectivamente. La cuestión se puede desarrollar en diferentes áreas:
- asesoramiento legal ante el tipo de orden de desalojo y las consecuencias de las distintas formas de afrontarlo o resistir;
- preparación emocional ante la aparición del despliegue policial;
- toma de decisiones sobre lo que se quiere hacer tanto durante el desalojo como después, y tanto en el interior de la kasa como fuera de la misma.
Cada una de ellas comporta y necesita una preparación diferenciada y específica, y es preciso que toda persona que esté directamente involucrada en el desalojo sea consciente y tenga conocimiento de todo aquello que se hará y de lo que no se hará.
Es necesario clarificar primero los dos principales escenarios de desalojo que podemos encontrarnos: aquéllos que son imprevistos, y los que tienen fecha y hora o se hacen efectivos siendo la gente de la kasa consciente.
- En el primer caso, si el desalojo tiene lugar sin previo aviso el margen de acción se reduce de forma considerable, dándose situaciones en las que aún se está durmiendo cuando la policía ya ha entrado. Aunque lo más común será darse cuenta de que van a entrar. En el supuesto de que seas tú quien los ha visto debes ser consciente que quizá eres la única persona que sabe que se está desalojando la kasa, así que te corresponde alertar a lxs otrxs ocupantes. También avisar a alguien que esté en el exterior y que más o menos esté al corriente, alguien que se pueda acercar y ver qué pasa, hacer ruedas de teléfonos para avisar a más gente y convocar una concentración de apoyo delante de la kasa, que pueda ver si hay detenciones y difundir la información. Aunque esto último no evitará el desalojo, sí que podría conseguir que la policía no se exceda o que os permita recuperar vuestras pertenencias. Podemos decir que en la mayor parte de los casos en los que se producen desalojos sin notificación previa la policía se limita a expulsar a la gente del edificio sin demasiados problemas, pero no puede hacerse de esto una regla. La actuación policial puede venir condicionada por el clima que se encuentre al entrar en la kasa y por las acciones que emprendan las personas que allí están. Pero, aunque no se oponga resistencia, las fuerzas de seguridad siempre pueden inflar los cargos y más todavía si no hay testigos. Algunas de las acusaciones que pueden utilizar son resistencia a la autoridad y desobediencia (art. 556 CP), desórdenes públicos (art. 557 CP) o incluso atentado (art. 550 CP). Por otro lado, aplicar una mínima resistencia puede dar tiempo para que se avise a más gente, ésta llegue y pueda dar apoyo, y ser un punto de presión y contención para las fuerzas policiales. En caso que se escoja una resistencia activa será necesario un asesoramiento previo sobre cuáles pueden ser las consecuencias penales derivadas de este tipo de acciones y cuáles son las maneras de enfrentarse.
- El segundo tipo de desalojos son los que se dan por notificación con o sin fecha fija. En estos casos puede guardarse en otro lugar que no sea la kasa un listado con los nombres de las personas que participarán o estarán presentes en el momento del desalojo (por si hubiera detenciones) y, en el caso que se espere la presencia de apoyo en el exterior de la kasa, que haya una comunicación fluida entre los dos espacios. Así mismo, se hace imprescindible que la gente que pueda participar y asuma las posibles consecuencias que ello pueda tener, tenga muy claro cuáles son estos riesgos, en qué cargos o acciones policiales y judiciales se pueden traducir y cuáles son los mecanismos para enfrentarse a estas situaciones. Esto pasa por tener un asesoramiento legal previo, hablar con la gente de otras kasas o CSOs que se hayan planteado o vivido un desalojo de forma similar, y ponerse en contacto con alguno de los grupos antirrepresivos que haya en la ciudad. Esto puede dar una visión más amplia, precisa y realista de lo que puede suceder durante y después del desalojo.
En estas circunstancias se hacen necesarias herramientas capaces de asegurar que el mal trago de un desalojo pueda no tener consecuencias indeseables, e incluso dar la vuelta a determinados momentos de tensión. Son cuestiones relativas a la toma de decisiones y a la preparación emocional ante estos momentos. Hay que tener en cuenta que no todas las personas se pueden enfrentar a las mismas situaciones de la misma manera, tomar conciencia de esto y trabajarlo previamente, tantas horas como sea necesario, recurrir por ejemplo a dinámicas y talleres destinados a conocer los miedos y fortalecer la confianza en el grupo a fin que después no aparezcan sorpresas ni malentendidos. En algunas cuestiones siempre se debe caminar al paso del más lento, y hacerlo quiere decir discutir y consensuar lo que las personas involucradas en el desalojo pueden hacer, hasta dónde se debe llegar y dónde no (sea cual sea el tipo de presencia que se escoja tener en el desalojo) y tomar las decisiones de tal manera que ninguna de las personas que participa se sienta desvinculada.
La reubicación de las personas y animales desalojadxs, al menos con carácter urgente, para unos días, así como un acompañamiento o apoyo en los días posteriores del desalojo, son cuestiones importantes que también se pueden tratar en las asambleas preparatorias. En algunas ocasiones, lxs ocupantes optan por okupar un nuevo espacio antes de ser desalojadxs del anterior, lo cual exige un esfuerzo extra si se quiere seguir manteniendo la vida en la kasa en peligro, pero que sin embargo, es un apoyo importante para poder afrontar con fuerza y ánimo el desalojo. De todas formas, es preciso preparar dónde vais a ir cuando os desalojen, aunque sea provisionalmente, y dónde almacenaréis vuestras cosas.
Desalojo en las primeras horas y “desalojo cautelar”
Durante las primeras horas y días de una okupación, conviene que se hagan “permanencias” con el mayor número de personas posibles, ya que es el momento en que la policía suele pasar por el lugar de los hechos para tomar acta de lo ocurrido y elaborar el atestado que se remitirá al Juzgado de Guardia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existe el mismo riesgo de que se produzca un desalojo en los primeros días como varios días, semanas o meses más tarde.
Cuando se produce un desalojo cautelar, es decir, antes de la fecha del juicio, suele ser por motivos concretos y tasados, como pueden ser la necesidad urgente de restituir a los dueños la propiedad (por ejemplo, porque lo necesite a corto plazo por alguna razón) o por la seguridad de quienes se encuentren en su interior. No obstante, se han dado casos en los que no se especificaba ningún motivo.
Desalojo ilegal
Es ilegal un desalojo realizado de una manera que no cumple con lo que establece la ley, como que la policía desaloje sin que exista una orden judicial o que el propietario intente recuperar la casa personalmente o contrate a matones para echar a lxs ocupantes.
- Policial. La policía no puede entrar legalmente en una casa, ya sea okupada, alquilada o en propiedad sin una orden judicial, sin embargo, ilegalmente pueden hacer lo que quieran. Tengamos las ideas claras, la puerta bien cerrada y conozcamos la ley, y sobre todo la calle llena de gente, por lo que sería conveniente llamar a toda nuestra red de afinidad para evitar el desalojo. En los primeros momentos quizá la policía intente hacer una tentativa dando un par de patadas a la puerta -por eso hay que tener buenas barricadas-, pero es raro que asalten la kasa sin una orden judicial que les respalde. Pedid siempre la orden judicial, ya que hasta que ésta no esté firmada, la kasa es legalmente vuestro domicilio. Si finalmente se impone la fuerza bruta -la suya-, existe la posibilidad de que haya agresiones físicas cuando os saquen, para lo que debéis estar preparadxs.
- Matones. Los matones en sus dos versiones -a sueldo, o los propietarios en persona- pueden aparecer a su vez de dos maneras: con ladridos de advertencia, para los que debemos mantenernos firmes (por lo menos de cara a ellxs); o al abordaje con palos y cadenas. La amenaza de matones es frecuente cuando tratamos con pequeñxs propietarixs, pero no cuando tratamos con grandes inmobiliarias, constructoras, etc., puesto que tienen sus equipos jurídicos para encargarse del asunto. No obstante la mayoría de amenazas se queden en eso, sin embargo no está de más recabar la mayor cantidad de información posible sobre los propietarios por si acaso la cosa se pone fea. La grabación con cámara oculta o de audio es otra de las estrategias que podemos llevar a cabo para tener pruebas de las amenazas que, si así os conviene de acuerdo con vuestras circunstancias, podréis denunciar para tratar de pararles los pies.
Desalojo ordinario
Se trata del más común de los desalojos, y se produce al finalizar el proceso judicial emprendido contra lxs ocupantes. Deberemos mantenernos informadxs, y en comunicación con nuestrx abogado, para conocer las novedades respecto al proceso judicial iniciado contra nuestra kasa; el/la abogado debe avisarnos cuando la orden de desalojo sea inminente. Una vez comunicada a nuestrx abogado la orden tendrá validez.
Existe la posibilidad de que el desalojo se ejecute sin que lxs ocupantes se encuentren en el interior, opción que en ocasiones es necesaria para poder salvar la cohesión y salud del grupo, para así poder seguir adelante. Si el desalojo se produce con gente en el interior, el nivel de violencia depende de múltiples variables para las que conviene estar preparadxs. Debéis pedir tiempo para sacar vuestras cosas del interior, pero lo normal es que os dejen poco tiempo, por lo que podéis tenerlas preparadas para sacarlas rápida y organizadamente, habiendo sacado ya los objetos de más tamaño y valor. Tened vuestra documentación y la ropa preparadas para vestiros rápidamente.
Puede darse el caso de que os detengan tras el desalojo y os lleven a comisaría, pero tampoco es la norma habitual. Una vez ejecutado el desalojo, lo más probable es que no podáis volver a entrar, así que tened en cuenta no dejar cosas valiosas; de todas maneras se puede hacer un escrito al juzgado solicitando recuperar las pertenencias que quedaron en la kasa. Las órdenes de desalojo para un inmueble pueden seguir vigentes tiempo después, según lo estime el juez, por lo que si estamos pensando reokupar un inmueble desalojado conviene tener este hecho en cuenta.
No existe una fórmula para resistir a un desalojo
Pensad en los posibles escenarios que pueden darse el día del desalojo, hablad y planead cómo queréis organizar lo que esté en vuestras manos. Ver en los anexos el documento Previos al desalojo. Es importante poner atención a los sentimientos de cada persona del grupo, a la situación particular de los otros espacios okupados en el barrio y a vecinxs que merezcan vuestra consideración. A la hora de actuar la policía y el estado tienen sus roles bien definidos, saben qué van a hacer, así que tiene sentido que nosotrxs también nos preparemos. Hay muchas maneras diferentes de organizarse, las estrategias varían dependiendo de la gente, las circunstancias y el edificio en cuestión. Puede hacerse un encuentro para crear un grupo de apoyo, hacer un esquema con posibles situaciones que pueden darse en el desalojo y las posibles respuestas, desarrollar uno o varios planes en el que cada persona tiene destinada alguna tarea, en el que todo el mundo sabe su lugar en la acción, que conozcan el barrio y que estén informadxs de los riesgos y posibles consecuencias. Si hay cambios de última hora hay que asegurarse que todxs lxs que participan estén avisadxs. Es importante tomar decisiones responsables, tened en cuenta que las consecuencias pueden alargarse en el tiempo.
En Barcelona se han intentado parar los desalojos quedándose dentro de la kasa en lugares inaccesibles para la policía, consiguiendo así que el desalojo sea más costoso -tardando más horas y con mayor gasto económico- aunque en ocasiones esto ha supuesto acusaciones contra lxs ocupantes por desobediencia y resistencia a la autoridad.
Hay quien al conocer la fecha de desalojo elige tener una concentración frente a la kasa, con desayuno, rueda de actuaciones, pancartas, carteles y octavillas explicando y denunciando la situación. Recuerda que quien okupa no es la única persona en el barrio forzada a dejar su casa, a menudo pueden hacerse vínculos políticos entre el desalojo y la especulación que sufre el vecindario, especialmente si la kasa va a quedar como un solar, vacía por muchos años o van a construir en su lugar pisos de lujo o destinados al turismo. Si hay mucha gente enfrente de la kasa el día del desalojo, tanto la comisión judicial como la policía pueden decidir abortar el desalojo y solicitar al juzgado llevarlo a cabo otro día.
En cualquier caso deberemos asumir una cierta inseguridad para la que también podríamos prepararnos. El apoyo mútuo, la autoorganización y la autodefensa, así como la solidaridad y la voluntad de intervenir en nuestro entorno, son nuestras herramientas.
¡UN DESALOJO, OTRA OKUPACIÓN!